X Files
Advertencia: Respiren tranquilos, no habrá nombres aquí, ni fotos de frente, y todo con lo que te identifiques es ficción. Y no me demandes que no tengo dinero. Tampoco esperes reírte mucho. Y les recuerdo que la primera parte de este relato está más abajo y se llama 'La Farfana'.
Todo comenzó en un viejo día de verano sin sol. Nuestro bus era el 54&%. Por algún extraño motivo, mi grupo y yo íbamos con los del curso anterior a nosotras, los de segundo. Nos exiliaron, así de simple. Quiénes? ‘Ellos’, los que hicieron la lista de pasajeros. Nos dimos cuenta de la situación por lo que preparamos teorías: 1.- Le caemos mal a ‘Ellos’. 2.- Varias estamos atrasadas en los ramos, tal vez asumieron que ahora somos de segundo. 3.- Fue pura casualidad.
Cuando todos pensamos que ya íbamos en camino, se le cruzó una micro estacionada al chofer de nuestro bus. Le voló el retrovisor izquierdo. Eso nos provocó estar cerca de media hora esperando que los señores carabinieri resolvieran el caso. Mientras tanto mirábamos pasar los otros 40 buses por la ventana, asados de calor.
Como Juan Segura murió dos veces, había bebestible. De hecho, había bastante bebestible, de otra forma yo no habría sido testigo de tantos cabezazos en la pequeña tevé que estaba a la mitad del pasillo. Sana diversión para mí.
La travesía fue llena de cantos lúdicos y gritos de amor por la universidad. Un camuflado amigo de la facultad mostraba sus nalgas por la ventana desvirgando mentes. Nos hizo reír durante todo el camino.
El arribo fue relativamente tranquilo. Era cosa de dejar las mochilas juntas en el suelo y comenzar a cumbiar y reír y tomar (bebida), y fumar (cigarros). Entre trencito y trencito se iban agregando jotes (hombres en busca de mujeres), los cuales iban siendo despachados de inmediato por todas nosotras. Algunos fueron víctimas de nuestros crueles cantos, tales como ‘con polera! con poleera!.’.
Como si hubiésemos sudado tanto, nos dio un arranque de hambre colectivo. Observando por aquí y por allá, deduje que en toda la playa hubo cuatro tipo de almuerzos, se los describo a continuación:
- Alimenticio: en un restaurante.
- Calórico: pan, galletas, suflés, ramitas.
- Alcolício: ron, cerveza, jote, wisky, vino, etc...
- Psicológico: mirando a los que comían.
A media tarde ya se notaban los estragos de lo que Don Graf nos dice que no hagamos. Pero adivinen, el mismísimo perro bueno, nos daba malos ejemplos:

Todos tenemos un tío (o familiar directo), mañoso y juerguero que no nos deja en paz hasta que lo invitamos al carrete. No lo nieguen. Ya, aquí nos encontramos con el personaje estereotipado.

De un momento a otro el morbo se apoderó de Cartagena Beach. El escenario se hizo cargo de mostrar un espectáculo ‘sexy’ que en realidad no tenia ninguna gracia. Y ni siquiera merece mayor descripción en este ralato.
A favor del sondeo que tenía yo pendiente, salí a recorrer el lugar y buscar fuentes de inspiración y bueno, digámoslo, gente en mal estado. Necesitaba reírme un poco. Me encontré con un salvavidas abuelo, de unos setenta años, con un traje de buzo roto y salvando nada más que las banderas rojas que unos cuantos personajes estaban tomando para sí. La mar estaba peligrosa y eso no podía ser pasado por alto.

No pensé que encontraría gente cambiando OH- por NaCl, al menos no en este escenario. Pero así era, bajo el agua y arrojados en la arena boca abajo. La gente quería sal por Dios!
The music, la música. Gran variedad, cumbia y raga’?, con una interrupción de Bob Marley para estar a tono con el aroma a ... amistad y amor.
El fin de La Sonora Palacios nos indicó el fin de la jornada. Y como si alguien hubiese gritado ‘HAY UNA BOMBA EN LA PLAYA!’, hubo un arranque en masa hacia los buses. Que listas ni que nada. A la mierda, súbete a un foquin bus y vuelve a casa.
Asi dice vilma.

Qué tu está esperando!?